Un ERTE o Expediente de Regulación Temporal de Empleo es una herramienta legal que permite a las empresas reducir la jornada laboral o suspender los contratos de trabajo de manera temporal. Para ello, es necesario llevar a cabo un proceso de negociación entre la empresa y los representantes de los trabajadores.
Los representantes de los trabajadores pueden ser los delegados sindicales o los miembros del comité de empresa. Estos representantes tienen la función de defender los intereses de los trabajadores y negociar las condiciones del ERTE.
Una vez que se ha acordado el ERTE entre la empresa y los representantes de los trabajadores, es necesario obtener la aprobación de la autoridad laboral competente. Es decir, la empresa debe presentar el expediente a la autoridad laboral y esperar su aprobación, lo que puede llevar varias semanas.
En resumen, la negociación de un ERTE involucra a la empresa, los representantes de los trabajadores y la autoridad laboral. Es un proceso que requiere una buena comunicación entre las partes y la búsqueda de un equilibrio entre los intereses de la empresa y los trabajadores afectados por el ERTE.
Un ERTE o Expediente de Regulación Temporal de Empleo es una medida que puede tomar un empresario en caso de que se presente una situación de crisis que afecte gravemente a su actividad económica. En este sentido, el empresario puede solicitar un ERTE para suspender temporalmente los contratos de trabajo de sus empleados.
En un ERTE, el empresario tiene que pagar a sus empleados una indemnización de 20 días por año trabajado. Además, deberá abonar las cantidades correspondientes a las pagas extras prorrateadas y las vacaciones no disfrutadas.
Es importante destacar que, durante la duración del ERTE, el empresario no tiene que cotizar a la Seguridad Social por los empleados suspendidos debido a que no están trabajando. Sin embargo, sí deberá seguir cotizando por los trabajadores que continúen activos en la empresa.
Por otro lado, el empresario también tendrá que abonar las prestaciones por desempleo correspondientes a cada trabajador afectado por el ERTE. Estas prestaciones serán pagadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), pero el empresario tendrá que adelantar el dinero correspondiente y posteriormente solicitar la devolución del mismo.
En resumen, el empresario en un ERTE deberá pagar a sus empleados una indemnización, las pagas extras prorrateadas y las vacaciones no disfrutadas. Asimismo, tendrá que abonar las prestaciones por desempleo correspondientes a cada trabajador afectado.
Un ERTE o Expediente de Regulación de Empleo Temporal es una medida que se ha utilizado mucho durante la crisis provocada por el COVID-19 para evitar despidos masivos. Sin embargo, en algunos casos puede que no se llegue a un acuerdo entre la empresa y los trabajadores sobre las condiciones de aplicación del ERTE. Pero, ¿qué pasa si no hay acuerdo?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que si no hay acuerdo en las condiciones del ERTE, la empresa puede optar por no aplicarlo y llevar a cabo despidos colectivos. Estos despidos estarían sujetos a otra normativa y deberían seguir ciertos procedimientos legales.
Por otro lado, si la empresa decide aplicar el ERTE sin acuerdo de los trabajadores, estos pueden impugnar la medida ante los tribunales. De esta forma, un juez tendría que determinar si se han cumplido los requisitos necesarios para aplicar el ERTE y si las condiciones son justas.
Es importante tener en cuenta que en caso de que se impugne el ERTE, la empresa no puede aplicar la medida hasta que se resuelva la impugnación. Por tanto, es posible que se produzca un retraso en la aplicación del ERTE y que los trabajadores afectados no reciban el pago correspondiente a la suspensión temporal del contrato de trabajo.
En conclusión, si no hay acuerdo en un ERTE, la empresa puede optar por no aplicarlo y llevar a cabo despidos colectivos o aplicarlo sin acuerdo de los trabajadores. En caso de impugnación, un juez tendría que determinar si se han cumplido los requisitos necesarios y si las condiciones son justas. Es importante tener en cuenta que en caso de impugnación, la aplicación del ERTE queda suspendida hasta que se resuelva la impugnación.
Un ERTE, Expediente de Regulación Temporal de Empleo, es un procedimiento legal por el cual una empresa puede suspender temporalmente el contrato de trabajadores con el fin de reducir su carga financiera durante un período determinado. Para hacer un ERTE, una empresa debe cumplir con ciertos requisitos legales.
En primer lugar, la empresa debe demostrar que existen circunstancias económicas, técnicas, organizativas o de producción que justifiquen la necesidad de hacer un ERTE. Por ejemplo, cambios en la demanda del mercado o una crisis económica pueden ser motivos válidos.
En segundo lugar, la empresa debe contar con la autorización previa de las autoridades laborales competentes. En España, los ERTEs se deben tramitar ante el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y la autorización puede variar en función de la situación y tipo de ERTE que se quiera llevar a cabo.
En tercer lugar, la empresa debe seguir ciertos procesos y plazos para llevar a cabo el ERTE y garantizar los derechos de los trabajadores afectados. Por ejemplo, la empresa debe notificar a los trabajadores afectados y a los representantes legales de los trabajadores con antelación y establecer un período de consulta para llegar a un acuerdo, si es posible.
En resumen, las empresas que pueden hacer un ERTE son aquellas que cumplen con los requisitos legales establecidos. Si estás en una situación similar, es importante que te asegures de cumplir con todos los procedimientos y requerimientos necesarios antes de tomar cualquier acción.
Un ERTE es una situación que puede afectar a muchos trabajadores, por lo que es importante conocer tus derechos y saber qué puedes y debes negociar con la empresa. En primer lugar, debes asegurarte de que se te notifique de manera oficial el ERTE, de lo contrario, podría considerarse como una falta por abandono del puesto de trabajo.
Uno de los aspectos a negociar es el periodo de suspensión del contrato. La empresa debe informarte con antelación y, en caso de no haber acuerdo, podrías ejercer tu derecho a impugnar la medida. Además, también puedes solicitar la reducción de la jornada laboral o una alternativa, como el trabajo desde casa.
Otra cuestión importante a negociar es la manera en que se llevarán a cabo los llamados "días de recuperación". Estos son días en los que se trabaja de manera intensiva para recuperar el tiempo perdido durante el ERTE. Por lo tanto, es necesario negociar aspectos como la franja horaria en la que se llevarán a cabo estos días, así como la posibilidad de tener días libres para recuperar el descanso.
En resumen, cuando se presenta un ERTE, es importante negociar aspectos como el periodo de suspensión del contrato, la reducción de la jornada laboral y los días de recuperación. Siempre debes tener en cuenta tus derechos y no aceptar cualquier medida que la empresa imponga de manera unilateral.