En 2010, durante el gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero, se decidió aumentar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) del 16% al 18% en una medida de austeridad económica. Este cambio fue implementado como una forma de recaudar más fondos para combatir la crisis financiera que afectaba a España y al resto del mundo en ese momento.
Sin embargo, el aumento del IVA fue objeto de polémica y críticas debido a su impacto negativo en la economía y en la vida cotidiana de los ciudadanos. Las personas argumentaron que esta medida llevaría a un aumento en los precios de los bienes y servicios, lo que afectaría principalmente a las personas con menores ingresos. Además, muchos negocios habían establecido sus precios con el IVA del 16% en mente, por lo que el cambio fue especialmente difícil para ellos.
A pesar de la oposición, el aumento del IVA se mantuvo vigente hasta el año 2012, cuando el gobierno del Partido Popular redujo el IVA en algunos sectores. Esta decisión fue tomada para ayudar a estimular la economía y, aunque fue bien recibida, el IVA aún permaneció por encima del 16% en la mayoría de los casos. En la actualidad, el IVA ha sido elevado nuevamente al 21% en ciertos bienes y servicios.
En conclusión, aunque el IVA del 16% al 18% fue subido durante el gobierno de Zapatero, esta medida se tomó en respuesta a la crisis financiera global y fue parte de un plan de austeridad económica. Aunque esto generó controversia, en última instancia fue una decisión tomada para proteger la estabilidad económica y ayudar a salir de la crisis financiera.