En el contexto actual de crisis económica y sanitaria, muchas empresas han optado por acogerse a los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) para hacer frente a la reducción de actividad y evitar despidos masivos.
Existen diferentes tipos de ERTE, dependiendo de la situación concreta de la empresa y de las causas que motivan su aplicación. Uno de los más comunes es el ERTE de fuerza mayor, que se aplica cuando la empresa no puede seguir adelante con su actividad debido a una situación imprevisible y ajena a su voluntad, como puede ser una pandemia o un desastre natural.
Otro tipo de ERTE es el ERTE por causas económicas, técnicas organizativas o de producción, que se utiliza cuando la empresa atraviesa dificultades económicas y necesita ajustar su plantilla o reorganizar su estructura para adaptarse a una nueva realidad. En este caso, la empresa deberá presentar un plan de viabilidad y negociar con los representantes de los trabajadores las medidas a adoptar.
También se pueden aplicar ERTE por causas ETOP (Económicas, técnicas, organizativas o de producción) cuando se dan circunstancias empresariales que impiden mantener el empleo con normalidad. Además, hay un tipo de ERTE que se aplica a empresas de menos de 50 trabajadores: el ERTE por causas de fuerza mayor ETOP. Este tipo de expediente solo se puede solicitar si la empresa ha sufrido una pérdida del 75% de su facturación.
En cualquier caso, es importante que las empresas sigan los procedimientos establecidos por la ley y respeten los derechos de los trabajadores afectados por el ERTE. De igual manera, es fundamental que los trabajadores afectados por un ERTE conozcan sus derechos y estén informados acerca de las condiciones laborales y económicas que se acuerden con la empresa.
El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) es una figura legal que permite a las empresas suspender o reducir temporalmente los contratos laborales de sus trabajadores. Esta herramienta se ha utilizado con mayor frecuencia durante la pandemia de COVID-19, debido a la necesidad de frenar los contagios y las medidas de confinamiento y restricción de movilidad que ha implementado el gobierno.
Para los trabajadores afectados por un ERTE, es común preguntarse cuánto tiempo dura esta situación. La respuesta depende del tipo de ERTE que se haya aplicado. Si se trata de un ERTE por fuerza mayor, la suspensión o reducción temporal del contrato puede durar hasta que se levante la causa de fuerza mayor que lo ha justificado. Es decir, cuando se considere que ha pasado el periodo de emergencia sanitaria y se hayan restablecido las condiciones normales de la actividad laboral.
En cambio, los ERTEs por causas organizativas, técnicas, económicas o de producción tienen una duración máxima de 6 meses, ampliables hasta 12 meses si se justifica y se llega a un acuerdo con los representantes de los trabajadores. Una vez transcurrido este tiempo, la empresa deberá reincorporar a sus empleados o iniciar un procedimiento de despido colectivo si no puede garantizar su empleo.
Es importante destacar que, independientemente del tipo de ERTE, los trabajadores mantienen su antigüedad, derechos y deberes laborales, así como la posibilidad de recibir prestaciones por desempleo durante el período de suspensión o reducción de contrato. Además, las empresas también tienen la obligación de proporcionarles formación y reciclaje profesional para mejorar sus oportunidades de empleo en el futuro.
El ERTE ETOP es una medida adoptada por muchas empresas para hacer frente a la crisis económica derivada de la pandemia del COVID-19. Esta medida permite que los trabajadores afectados por el ERTE perciban una prestación económica por parte del Estado.
El importe de la prestación económica dependerá del salario del trabajador y del número de días que haya estado en situación de ERTE. El cálculo se realiza tomando como referencia la base reguladora de la Seguridad Social.
El momento del cobro de la prestación dependerá de varios factores. En primer lugar, es necesario que la empresa haya comunicado el ERTE a la administración y que esta haya aprobado la medida. Una vez aprobado, la empresa podrá solicitar la prestación para sus trabajadores.
Es importante tener en cuenta que el cobro de la prestación se realiza de forma retroactiva desde la fecha en que se inició el ERTE. Es decir, que si el trabajador ha estado en situación de ERTE durante dos meses, el importe de la prestación se abonará por los dos meses completos.
En resumen, el cobro del ERTE ETOP dependerá de la aprobación de la medida por parte de la administración y de la solicitud por parte de la empresa. El importe de la prestación se calculará en función de la base reguladora de la Seguridad Social y del número de días en situación de ERTE. El cobro se realizará de forma retroactiva desde la fecha en que se inició el ERTE.
El Expediente de Regulación Temporal de Empleo por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (ERTE ETOP) repercute en la situación laboral de los trabajadores y en la situación financiera de la empresa.
En primer lugar, es importante destacar que el coste del ERTE ETOP lo asume la empresa que lo solicita, es decir, es la compañía la que debe pagar los salarios correspondientes a los trabajadores afectados.
No obstante, la empresa puede solicitar medidas de apoyo económico por parte del gobierno, como reducciones en las cotizaciones a la Seguridad Social o ayudas en forma de préstamos a bajo interés.
A su vez, los trabajadores afectados por el ERTE ETOP pueden recibir una prestación por desempleo durante el periodo de suspensión temporal de su contrato de trabajo. Esta prestación la paga el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y puede cubrir hasta el 70% de la base reguladora de la nómina de los trabajadores.