El término autónomo societario se refiere a aquellos empresarios que trabajan de forma independiente, pero se han registrado como una sociedad limitada. En este sentido, ¿qué tiene que pagar un autónomo societario?
En primer lugar, debe tener en cuenta que como sociedad limitada, está obligado a pagar el Impuesto de Sociedades anualmente. Este impuesto se basa en los beneficios que haya generado la empresa durante el ejercicio fiscal y puede variar entre el 25% y el 30%.
Además, también deben pagar las cotizaciones de la Seguridad Social tanto de él como de sus trabajadores en el Régimen General, lo que incluye la contingencia común, profesional y de formación continua. El monto de la cotización varía según el número de trabajadores y la base de cotización.
Por otro lado, deben tener en cuenta que si realizan actividades profesionales, también estarán sujetos al Impuesto de Actividades Económicas (IAE), el cual se basa en la naturaleza y el alcance de la actividad desarrollada. Este impuesto varía según el municipio donde se ejerza la actividad y puede ser anual o trimestral.
Finalmente, se debe recordar que como autónomo societario también tendrá que pagar la cuota de autónomos, que es obligatoria independientemente de si ya paga la cotización de la Seguridad Social como sociedad limitada. Esta cuota varía según la base de cotización y puede incluir diferentes prestaciones, como asistencia sanitaria o prestaciones por incapacidad temporal.
En resumen, los autónomos societarios tienen que pagar el Impuesto de Sociedades, las cotizaciones de la Seguridad Social, el IAE y la cuota de autónomos. Es importante tener en cuenta que los montos varían según diferentes factores, como el número de trabajadores o la base de cotización.
Los autónomos societarios son aquellos que tienen una sociedad creada y trabajan por cuenta propia en ella. En 2023, se producirán cambios en las cotizaciones de estos profesionales que deberán tener en cuenta para su gestión económica.
Según el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y las asociaciones de autónomos, se aplicará un recargo progresivo en las cotizaciones de los autónomos societarios en los próximos años. Esto se debe a que, en general, estos profesionales tienen ingresos más elevados y una estructura organizativa más compleja que los autónomos individuales.
El recargo se aplicará de la siguiente manera: un 1,25% adicional en 2023, un 1,5% en 2024 y un 1,75% en 2025. Esto implica que la cotización de los autónomos societarios será mayor a la de los autónomos individuales en los próximos años.
Además, para los autónomos societarios que tengan empleados, la cotización por contingencias profesionales se bonificará en un 10% adicional en 2023. Esto supone un ahorro importante para aquellos autónomos que tengan trabajadores a su cargo.
En conclusión, los autónomos societarios deberán tener en cuenta estos recargos en sus cotizaciones para poder gestionar su economía de manera eficiente en los próximos años. Si bien estos aumentos pueden suponer un incremento en los costes, el Gobierno está ofreciendo bonificaciones para aquellos que tengan empleados, lo que puede suponer un ahorro significativo.
Un autónomo societario, también conocido como trabajador por cuenta propia, es un individuo que trabaja para sí mismo y lleva a cabo su propia actividad económica como parte de una sociedad mercantil. Sin embargo, estos trabajadores también están obligados a calcular sus cotizaciones a la seguridad social, con el fin de contribuir al sistema de pensiones y otros beneficios. El cálculo de la cuota de un autónomo societario se basa principalmente en el tipo de actividad económica que realiza.
Para muchos autónomos, la base de cotización se determina en función de sus ingresos. En el caso de los autónomos societarios, sin embargo, la base de cotización se basa en el salario que el autónomo haya establecido para sí mismo en la sociedad mercantil. Es decir, la cuantía de la cotización se establece a partir del salario mínimo interprofesional (SMI) que se haya fijado en la sociedad mercantil.
En cualquier caso, es importante tener en cuenta que la cuota que el autónomo va a pagar varía en función de la base de cotización elegida. Si bien es cierto que un mayor salario mínimointerprofesional asignado a la actividad económica implica un mayor desembolso, también se debe tener en cuenta que cuanto mayor sea la cotización, mayor será la pensión que recibirá el autónomo en el futuro.
Por ello, es recomendable que los autónomos societarios realicen un cálculo detallado que les permita conocer los diferentes escenarios que se pueden dar en función de su salario. Para hacerlo, es recomendable utilizar herramientas en línea que proporcionen información actualizada sobre las cuotas a la seguridad social en función de la base de cotización, la edad del autónomo y otros factores.
Uno de los aspectos más importantes a considerar para aquellos que deciden apostar por el emprendimiento es el pago de impuestos como autónomos societarios.
El primer año, los autónomos societarios deberán pagar una cuota de 364,22 euros al mes si cotizan por la base mínima, que en 2021 es de 944,4 euros mensuales.
Sin embargo, la cuota puede variar dependiendo de la base de cotización que se elija. En caso de cotizar por la base máxima, que en 2021 es de 4.070,10 euros mensuales, la cuota a pagar ascenderá a 1.233,33 euros al mes.
Además, es importante tener en cuenta que los autónomos societarios también deben pagar el Impuesto de Sociedades, el cual grava los beneficios obtenidos por la empresa durante el ejercicio económico y cuya tasa general es del 25%.
En definitiva, el pago de impuestos como autónomo societario varía en función de diversos factores, siendo la base de cotización uno de los más relevantes. Por ello, es fundamental conocer a fondo las obligaciones tributarias de este tipo de emprendimiento desde el principio para evitar futuras sorpresas económicas que puedan perjudicar el crecimiento de la empresa.
Si estás pensando en comenzar un negocio, es importante que entiendas la diferencia entre ser autónomo y ser autónomo societario. Ambas opciones tienen pros y contras, y es vital que escojas la mejor opción dependiendo de tus necesidades.
La principal diferencia que existe entre ambos es la responsabilidad económica que adquieres como autónomo societario. Si eres autónomo, tú eres el único responsable y tu patrimonio personal está en riesgo. En cambio, cuando eres autónomo societario, creas una sociedad y la responsabilidad se divide entre los socios, y por ende, solo el patrimonio de la sociedad estaría en riesgo.
En cuanto a la contabilidad, el proceso es diferente. Si eres autónomo, solo tienes que llevar un libro de ingresos y gastos. En cambio, si eres autónomo societario, debes tener una contabilidad con una mayor complejidad, incluyendo el balance y la cuenta de resultados.
El trabajo también varía. Si eres autónomo, puedes trabajar individualmente o tener empleados contratados bajo tu nombre de autónomo. Mientras que, si eres autónomo societario, debes trabajar con otros socios para tomar decisiones en conjunto y llevar a cabo el funcionamiento de la sociedad.
En lo que respecta a los impuestos, ser autónomo o autónomo societario implica diferentes tributaciones. Por ejemplo, los autónomos pagan el IRPF, mientras que las sociedades pagan el Impuesto de Sociedades.
En resumen, la diferencia clave entre ser autónomo y ser autónomo societario es la responsabilidad económica. Si tienes un negocio en el que el riesgo es alto, es posible que desees considerar la creación de una sociedad para proteger tu patrimonio personal. Pero si la actividad que realizas no implica un gran riesgo, puede resultar más fácil y conveniente ser autónomo.