Algo es exigible cuando se puede requerir su cumplimiento o su pago de forma legal. En otras palabras, si algo es exigible, es porque está sujeto a una obligación o a un deber de cumplimiento por parte de una persona o entidad.
Normalmente, esta exigibilidad está respaldada por la ley o por un contrato en el que se establecen las condiciones y los términos en los que la obligación o el deber deben ser cumplidos. Esto significa que si una persona o entidad no cumple con lo establecido, puede ser sometida a sanciones o consecuencias legales.
La exigibilidad se puede aplicar a distintas situaciones o contextos. Por ejemplo, en el ámbito laboral, un empleador tiene la obligación de cumplir con los derechos y las condiciones laborales de sus trabajadores, establecidos por la ley o por un contrato de trabajo. De igual manera, un trabajador tiene la obligación de cumplir con sus deberes y responsabilidades dentro de su puesto de trabajo.
En el ámbito financiero, la exigibilidad se refiere a la capacidad de un deudor para cumplir con el pago de una deuda en el tiempo y la forma acordados. Si el deudor no cumple con su obligación, el acreedor puede tomar acciones legales para exigir el pago y, en algunos casos, se pueden aplicar intereses o penalidades.
En resumen, la exigibilidad implica la capacidad de requerir el cumplimiento de una obligación o deber, respaldada por la ley o por un contrato. Es importante cumplir con lo establecido para evitar consecuencias legales o sanciones. Además, el cumplimiento de lo exigible es fundamental para el buen funcionamiento de las relaciones laborales, financieras y sociales en general.
Exigible es un término que se utiliza para referirse a algo que se puede demandar o reclamar legalmente. Cuando algo es exigible, quiere decir que se puede pedir o requerir su cumplimiento o pago de manera legal y que, en caso de negarse o incumplir, se pueden tomar acciones legales para hacer valer ese derecho.
En el ámbito jurídico, la exigibilidad se relaciona con la capacidad de poder reclamar el cumplimiento de una obligación, ya sea un pago, una acción, una entrega, entre otros. En este sentido, cuando algo es exigible, se está reconociendo que tiene un carácter de obligatoriedad y que su cumplimiento puede ser garantizado por la ley.
Por ejemplo, si una persona tiene una deuda con otra y esa deuda está estipulada en un contrato, la parte acreedora puede exigir el pago de esa deuda ante la parte deudora. Si la parte deudora se niega a cumplir con su obligación de pagar la deuda, la parte acreedora puede recurrir a los tribunales para exigir legalmente el pago.
Es importante destacar que la exigibilidad puede variar dependiendo del contexto y de las leyes de cada país. Hay derechos y obligaciones que son más fácilmente exigibles que otros, ya sea por la naturaleza misma del derecho u obligación, por la existencia de mecanismos legales más efectivos o por otras circunstancias particulares.
En resumen, cuando algo es exigible significa que tiene un carácter de obligación que puede ser reclamada y exigida legalmente. Las partes involucradas pueden hacer valer sus derechos o hacer cumplir sus obligaciones a través de los mecanismos legales correspondientes en caso de incumplimiento.
La palabra exigible en derecho se refiere a algo que se puede reclamar o demandar legalmente. En el contexto jurídico, cuando se dice que una obligación es exigible, significa que el cumplimiento de dicha obligación puede ser exigido y llevado a cabo mediante acciones legales.
En general, para que una obligación sea considerada exigible, se deben cumplir ciertos requisitos legales. Por ejemplo, debe existir una base legal para la obligación, como un contrato o una ley. Además, el deudor debe tener la capacidad de cumplir con la obligación y no existir ninguna razón válida para no cumplirla.
En caso de que una obligación exigible no sea cumplida, es posible recurrir a los tribunales de justicia para exigir su cumplimiento. Los acreedores pueden iniciar un proceso legal con el fin de hacer valer sus derechos y obtener la satisfacción de la obligación pendiente.
Es importante destacar que la exigibilidad de una obligación puede variar según el contexto y las circunstancias particulares de cada caso. Algunas obligaciones pueden ser exigibles de manera inmediata, mientras que otras pueden requerir ciertos plazos o condiciones antes de poder ser reclamadas legalmente.
En resumen, el término exigible en derecho se refiere a una obligación que puede ser reclamada legalmente y que puede llevarse a cabo mediante acciones legales. El tribunal de justicia es la instancia encargada de determinar si una obligación es exigible y de hacer valer los derechos de los acreedores en caso de incumplimiento.
No exigible es un término utilizado en el ámbito legal y financiero para referirse a aquello que no puede ser reclamado o requerido de manera obligatoria. Esta expresión se emplea para describir situaciones en las que una persona o entidad no está obligada a cumplir con alguna obligación o pago debido a ciertas circunstancias o condiciones especiales.
En el contexto financiero, por ejemplo, una deuda puede ser considerada como no exigible si existen condiciones que imposibilitan o dificultan su reembolso en el plazo establecido. Esto puede deberse a la falta de disponibilidad de recursos económicos por parte del deudor, una crisis financiera, una situación de insolvencia o cualquier otra causa que haga que el pago de la deuda sea imposible o injusto.
Por otro lado, en el ámbito legal, la expresión no exigible se utiliza para referirse a aquellos derechos o reclamaciones que no pueden ser exigidos por diversas razones legales. Por ejemplo, si una persona firma un contrato en el que renuncia a ciertos derechos o prerrogativas, esos derechos serán considerados como no exigibles. Esto significa que la persona no podrá reclamarlos en un tribunal o utilizarlos como base para una demanda legal.
En resumen, cuando algo es no exigible significa que no puede ser reclamado, requerido o exigido de manera obligatoria debido a diferentes circunstancias o condiciones especiales. Esta expresión se utiliza tanto en el ámbito financiero como en el legal para referirse a situaciones en las que no se puede cumplir con una obligación o derecho por diversas razones.
La exibilidad es una característica que define la capacidad de adaptarse, cambiar o ajustar de manera fácil y eficiente a nuevas situaciones o circunstancias. Se refiere a la capacidad de una persona o entidad para ser versátil y moldearse ante diferentes escenarios.
Una persona exible es aquella que tiene la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios, tanto en su entorno laboral como en su vida personal. Esta habilidad les permite enfrentar de manera positiva los desafíos y superar obstáculos.
La exibilidad es especialmente importante en el ámbito laboral, ya que permite a los empleados asumir nuevas tareas y roles con facilidad. Un empleado exible está dispuesto a aprender y adquirir nuevas habilidades para enfrentar los desafíos del mercado laboral en constante evolución.
En el mundo empresarial, la exibilidad también es una cualidad deseable. Las empresas deben ser exibles para adaptarse a los cambios en el mercado, las demandas de los clientes y la evolución de la tecnología. Aquellas organizaciones que son rígidas y no pueden adaptarse rápidamente a los cambios, corren el riesgo de quedarse atrás y perder competitividad.
En resumen, la exibilidad implica tener la capacidad para adaptarse, cambiar y ajustarse a nuevas circunstancias. Es una cualidad esencial tanto a nivel personal como profesional y empresarial.