El acrónimo ERTE se ha convertido en una palabra de uso común durante la pandemia de COVID-19. Pero, ¿qué significa realmente?
ERTE es la abreviación de Expediente de Regulación Temporal de Empleo, un mecanismo legal que permite a las empresas suspender temporalmente los contratos de sus empleados o reducir su jornada laboral.
Es importante destacar que el ERTE no implica la extinción del contrato laboral, sino una suspensión temporal del mismo. Durante este periodo, los trabajadores afectados pueden optar a una prestación por desempleo.
El uso del ERTE se ha visto incrementado durante la pandemia debido a la situación excepcional que ha generado, con numerosas empresas cerrando temporalmente o reduciendo su actividad. El objetivo del ERTE es evitar despidos masivos y permitir a las empresas flexibilidad para adaptarse a circunstancias económicas adversas.
El ERTE es un mecanismo que permite a las empresas ajustar su plantilla en situaciones de crisis temporal. Este tipo de situación se ha vuelto muy común en los últimos tiempos debido a la pandemia mundial del COVID-19 y su impacto en la economía.
Las personas que se encuentran en situación de ERTE no pierden su trabajo, pero ven reducida su jornada laboral y sus ingresos. No obstante, se hace la gran pregunta: ¿cuánto tiempo se puede estar en ERTE?
La respuesta a esta pregunta depende de varios factores que afectan a cada situación particular. En general, un ERTE puede durar hasta un máximo de 12 meses, aunque se pueden extender por cuestiones específicas y justificadas.
Es importante tener en cuenta que la duración del ERTE también varía en función del tipo de contrato que tenga cada trabajador y de la situación y necesidades concretas de la empresa en cada momento. Además, existen condiciones adicionales que deben cumplirse, como la prohibición de despidos durante el período del ERTE y la necesidad de mantener las cotizaciones y derechos sociales del trabajador.
En resumen, aunque la duración del ERTE puede variar en cada caso, lo esencial es que se trata de una medida temporal que busca preservar empleos y, por lo tanto, debe ser levantada una vez que mejora la situación que la motivó.
Un ERTE es una suspensión temporal de tu contrato laboral. Si te hacen un ERTE, no pierdes tu trabajo, pero tampoco podrás trabajar mientras dure la suspensión.
Lo primero que debes hacer es informarte sobre el tipo de ERTE que te han aplicado, ya que puede haber diferencias entre ellos.
En un ERTE de suspensión, tendrás derecho a una prestación por desempleo, que dependerá de la base de cotización de los últimos seis meses. Es importante que solicites la prestación cuanto antes, ya que el plazo para hacerlo es de 15 días desde la notificación del ERTE.
Además, durante la suspensión temporal de tu contrato, seguirás cotizando a la Seguridad Social, aunque la empresa no esté obligada a pagarte el salario.
Por último, una vez termine el ERTE, deberás reincorporarte a tu puesto de trabajo. Si no te reincorporan, podrás considerar que se trata de un despido y reclamar tus derechos.
El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) es una medida de gestión empresarial que se utiliza en situaciones de crisis, como la que estamos experimentando actualmente a nivel global debido a la pandemia del COVID-19. Este mecanismo tiene como objetivo principal reducir costos laborales a través de la suspensión temporal de contratos laborales o la reducción de horas de trabajo de los empleados.
Para que una empresa pueda aplicar un ERTE, debe justificar la situación de fuerza mayor o el motivo económico que le imposibilita mantener a todo su personal trabajando en la misma capacidad que antes de la crisis. Una vez que la empresa justifica el motivo y presenta un expediente ante la autoridad laboral competente, se abre un proceso en el que se analiza si realmente existe una justificación clara para aplicar la medida.
Si la autoridad laboral aprueba el expediente, la empresa podrá proceder a aplicar el ERTE, que puede durar hasta un máximo de seis meses. Durante el periodo de suspensión temporal, los empleados afectados podrán solicitar el cobro de la prestación por desempleo y la empresa estará exenta de pagar las cotizaciones sociales a la Seguridad Social correspondientes a los trabajadores afectados.
En el caso de una reducción de jornada, la empresa establecerá cómo se llevará a cabo y comunicará individualmente a los empleados afectados. En estos casos, los trabajadores tendrán derecho a una compensación económica correspondiente al porcentaje de la reducción aplicada.
En resumen, el ERTE es una medida que permite a las empresas reducir costos laborales en situaciones de crisis económicas extraordinarias y que busca garantizar la protección laboral de los empleados afectados y minimizar los efectos negativos de la crisis en la economía. Es importante mencionar que esta medida no puede ser utilizada por las empresas de forma indiscriminada y debe ser justificada adecuadamente ante la autoridad laboral competente.
Un ERTE es un procedimiento legal mediante el cual una empresa puede suspender temporalmente el contrato de trabajo de sus empleados por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas. En otras palabras, se trata de una medida de carácter excepcional que busca proteger el empleo evitando despidos masivos en situaciones de crisis o dificultades financieras.
En cuanto a quién lo paga, hay que diferenciar entre los dos tipos de ERTE que existen: los ERTE de fuerza mayor y los ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas.
En el caso de los ERTE de fuerza mayor, son las empresas las que solicitan la suspensión temporal de los contratos de trabajo de sus empleados debido a causas ajenas a su control, como una pandemia, un desastre natural o una medida gubernamental que prohíba el desarrollo normal de la actividad empresarial. En este caso, la carga económica recae en el Estado, que es quien paga los salarios de los trabajadores afectados.
En cambio, en los ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas, la responsabilidad de pagar los salarios de los trabajadores durante el periodo de suspensión recae en la empresa. En estos casos, el ERTE se debe fundamentar en una causa justificada, como una caída en las ventas, una reorganización empresarial o una nueva maquinaria que sustituya a los trabajadores.
En definitiva, un ERTE es una medida que permite a las empresas suspender temporalmente los contratos de trabajo de sus empleados en situaciones excepcionales, ya sea por causas de fuerza mayor o por motivos económicos, técnicos, organizativos o productivos. Y dependiendo del tipo de ERTE, será el Estado o la empresa quien se encargue de pagar los salarios de los trabajadores afectados.