El término "expediente liquidado" se refiere al cierre oficial de un proceso administrativo o judicial.
Este proceso puede ser el resultado de una investigación, un contrato, un trámite o cualquier otro asunto que requiera la intervención de una entidad pública o privada.
La liquidación de un expediente implica que se han agotado todas las etapas del procedimiento establecido y se ha llegado a una conclusión final o a una resolución.
En términos financieros, la liquidación de un expediente significa que se han realizado todos los pagos necesarios para concluir una transacción o un contrato, y se han contabilizado los documentos correspondientes.
En el ámbito laboral, la liquidación del expediente se refiere a la finalización de una relación contractual, en la que se han pagado todas las prestaciones y se han cumplido todos los requisitos legales para dar por terminado el contrato de trabajo.