Un despido es una de las situaciones más desagradables que un trabajador puede experimentar. Sin embargo, lo peor no es quedarse sin empleo, sino que este despido no sea justificado. Cuando sucede esto, estamos hablando de despido improcedente.
Un despido improcedente es aquel que se produce sin una causa justa por parte del empleador. Es decir, que se considera que el trabajador no ha cometido ninguna falta grave que justifique su despido, pero aún así se le termina su contrato de trabajo.
Para que un despido sea considerado como improcedente, el trabajador debe interponer una demanda ante los tribunales. En caso de que el juez determine que el despido no estaba justificado, se puede obligar a la empresa a readmitir al trabajador o bien a pagarle una indemnización económica por el daño causado.
En definitiva, un despido improcedente es una situación injusta para el trabajador, ya que está perdiendo su empleo sin que haya una causa justificada para ello. Por eso, en estos casos es importante conocer tus derechos y acudir a un abogado especializado en derecho laboral que pueda ayudarte a defenderlos.