Antes de empezar a alquilar una propiedad, es importante conocer qué se considera vivienda habitual para la renta. En términos legales, se considera vivienda habitual aquella propiedad en la que el inquilino reside de forma permanente y estable.
Para que una propiedad sea considerada como tal, el inquilino deberá estar empadronado en ella y demostrar que allí reside de forma habitual y efectiva. Además, deberá demostrar que la vivienda es su residencia principal y que no cuenta con otra vivienda en la misma localidad.
No todas las propiedades pueden ser consideradas viviendas habituales para la renta. Por ejemplo, si se trata de una propiedad de veraneo o de una segunda vivienda que el inquilino utiliza solo temporalmente, esta no podrá ser considerada como vivienda habitual para la renta.
La vivienda habitual es aquella en la que se reside de forma permanente y continuada. Para demostrar que una vivienda es habitual, se deben considerar varios aspectos importantes.
En primer lugar, se debe demostrar que la dirección del domicilio es la misma que figura en todos los documentos legales, como el DNI, la tarjeta de residencia u otros documentos importantes. También es importante demostrar que se pagan impuestos y servicios de forma regular en esa vivienda.
Otro aspecto importante para demostrar que la vivienda es habitual es la frecuencia de uso de la misma. Se considerará habitual aquella vivienda que se ocupa al menos 183 días al año, ya sea de forma continua o no.
Además, también se puede demostrar la habitabilidad de la vivienda a través del mobiliario y la decoración del hogar. Si la vivienda cuenta con todos los enseres necesarios para llevar a cabo una vida normal y cotidiana, se puede demostrar que se trata de una vivienda habitual.
En resumen, para demostrar que una vivienda es habitual es importante tener en cuenta la dirección de domicilio, el pago de impuestos y servicios, la frecuencia de uso y la habitabilidad de la misma.
Es importante que los propietarios de una vivienda en España sepan que Hacienda puede investigar si su propiedad es su vivienda habitual, ya que esta condición tiene ciertos beneficios fiscales. Hacienda recoge información de distintas fuentes para corroborar si una vivienda se usa como residencia habitual.
Para empezar, se revisa la documentación que presenta el propietario durante el proceso de compra o venta de la vivienda. Hacienda también puede recabar información de otros organismos públicos, como la Seguridad Social, que tiene información sobre los domicilios de los ciudadanos registrados en su sistema.
Además, Hacienda puede realizar visitas al domicilio para constatar que efectivamente se está habitando y se cumplen los requisitos para considerarlo como vivienda habitual. Estos requisitos incluyen que se usen los suministros (luz, agua, gas) y que se esté empadronado en la vivienda.
En caso de que se detecte que la vivienda no se usa como residencia habitual, el propietario podría perder ciertos beneficios fiscales, como la deducción por inversión en vivienda habitual o las exenciones en el impuesto sobre la renta de personas físicas (IRPF) en caso de venta de la vivienda.
Es importante que los propietarios de una propiedad en España estén informados sobre la definición y requisitos para considerar una vivienda como habitual y cumplan con ellos para evitar problemas con Hacienda.
La vivienda habitual es aquella que una persona utiliza como residencia principal. Es decir, es el lugar donde normalmente se vive y donde se encuentra el centro de los intereses vitales y familiares.
Para que una vivienda sea considerada como habitual, se debe cumplir lo siguiente: debe estar destinada a la residencia habitual del propietario o del arrendatario, es decir, que se encuentre habitada de manera continua o intermitente a lo largo del año.
Además, el tiempo que se pasa en ella debe ser superior al que se pasa en cualquier otra vivienda que se pueda tener en propiedad o alquilada. Por ejemplo, una persona que tiene dos viviendas en propiedad, pero solo vive en una de ellas durante todo el año, la segunda deberá considerarse como no habitual.
Es importante tener en cuenta que mientras se está habitando la vivienda habitual, se llevan a cabo la mayor parte de las actividades cotidianas, como dormir, lavarse, cocinar, trabajar en casa, entre otras. Por lo tanto, se considera como el hogar principal de la persona en cuestión.
No obstante, hay algunos casos en los que una persona puede tener varias viviendas y todas ellas pueden ser consideradas habituales. Un ejemplo de esto sería un matrimonio que tiene una casa en la ciudad donde trabajan y otra en la playa donde pasan los fines de semana y las vacaciones. En este caso, ambas viviendas serían consideradas como habituales.
Es importante conocer la diferencia entre primera vivienda y vivienda habitual, ya que esto puede tener un impacto significativo en nuestros impuestos y en nuestra situación financiera.
La primera vivienda se refiere a la primera propiedad inmobiliaria que compramos como residencia permanente. Esto significa que la propiedad fue adquirida sin tener otro hogar fijo. En otras palabras, es la vivienda que compramos como lugar de residencia principal y permanente.
Por otro lado, la vivienda habitual es la residencia donde vivimos habitualmente y de manera permanente. Puede tratarse de nuestra primera vivienda, pero también puede ser una segunda vivienda que utilizamos como residencia habitual, siempre y cuando sea nuestro lugar de residencia principal.
En términos fiscales, existe una diferencia significativa entre ambas. Las primeras viviendas pueden contar con beneficios fiscales y desgravaciones, mientras que las viviendas habituales se consideran como una inversión a largo plazo.
Es importante tener claro que una primera vivienda puede convertirse en una vivienda habitual con el tiempo, si es que dejamos de tener otras residencias. Al mismo tiempo, una vivienda habitual puede ser una propiedad que no hayamos adquirido como primera vivienda, si bien, se convierte en nuestra residencia principal y permanente.