El despido improcedente se refiere a aquel que no se ajusta a la legalidad o a las normas de la empresa y, por lo tanto, no tiene justificación o motivo válido. Si un trabajador ha sido despedido sin causa justa, y se califica como despido improcedente, este tendrá derecho a recibir una indemnización como compensación por los daños y perjuicios sufridos.
La indemnización que corresponde al trabajador por un despido improcedente depende de varios factores, tales como el tiempo que llevaba trabajando, el salario que percibía y la antigüedad en la empresa. En general, este tipo de indemnización suele ser mayor que una correspondiente a un despido procedente.
Además de una indemnización, el trabajador también tendrá derecho a recibir una prestación por desempleo en un plazo de 15 días después de su despido. La cantidad de la prestación dependerá de la cotización del trabajador y de los días que haya trabajado.
Es importante destacar que, si el trabajador considera que el despido ha sido improcedente, deberá acudir a los tribunales y presentar una demanda para que se reconozca su derecho a la indemnización y la prestación por desempleo. Si no se cumple con este procedimiento, el trabajador no podrá reclamar sus derechos.