Un producto señuelo es aquel que se utiliza para atraer la atención del consumidor hacia otro producto de mayor importancia dentro de la estrategia de marketing de una empresa.
Este tipo de producto, también conocido como cebo o anzuelo, se utiliza con el objetivo de que el cliente se fije en él de forma más fácil y así, poder dirigir su atención hacia el producto principal que está detrás.
Para que un producto señuelo cumpla con su cometido, es importante que tenga un precio atractivo y ofrezca características o beneficios similares a los del producto principal, pero que este último tenga una calidad superior y un precio más elevado. De esta manera, el consumidor percibirá que está obteniendo una buena oferta por el producto principal y se sentirá más inclinado a comprarlo.
Es importante tener en cuenta que, aunque el producto señuelo tenga menor calidad o prestaciones que el principal, no deberá ser percibido como un producto de baja calidad, ya que esto podría tener el efecto contrario y desanimar la compra del producto principal.
Un señuelo de consumo es un recurso utilizado por las empresas para atraer a los consumidores a comprar sus productos. Estos señuelos pueden variar desde descuentos, promociones o regalos que se entregan junto con la compra.
El propósito de estos señuelos es llamar la atención del consumidor y hacer que se sienta atraído por el producto, de manera que aumenta la posibilidad de que realice una compra. Los señuelos de consumo suelen ser especialmente efectivos en momentos de crisis económica, cuando los consumidores buscan ahorrar dinero y aprovechar cualquier tipo de oferta o promoción.
Es importante tener en cuenta que los señuelos de consumo pueden ser utilizados tanto por empresas de productos de alta calidad como por marcas más económicas y sus efectos pueden ser a corto o largo plazo. En algunos casos, estos señuelos pueden crear una fidelidad hacia una marca en particular, mientras que en otros, pueden ser simples herramientas para atraer a nuevos consumidores.
En conclusión, un señuelo de consumo es una estrategia comúnmente utilizada por empresas para atraer clientes y aumentar sus ventas. Estos señuelos pueden variar desde descuentos hasta regalos que se entregan junto con la compra. Su efectividad en el largo plazo dependerá de la calidad del producto y la relación establecida con el cliente.
El sesgo señuelo se refiere a una táctica utilizada por los vendedores o publicistas para influir en la decisión de compra de un cliente potencial. Se trata de presentar una opción adicional que, en comparación con las demás alternativas, puede parecer atractiva a simple vista, pero en realidad no tiene mucho valor o utilidad.
El objeto de esta táctica es manipular las opciones disponibles para hacer que una compra específica parezca más atractiva comparada con otras alternativas, aunque no sea necesariamente la mejor opción. La idea es presentar una opción adicional que no tenga mucho valor, para que los consumidores puedan elegir de manera subconsciente la opción que en realidad habían pensado desde el principio.
Incluso los usuarios experimentados de los medios sociales pueden ser susceptibles al sesgo señuelo. Por ejemplo, si una red social presenta una opción de suscripción que ofrece una serie de privilegios adicionales (pero que en realidad no es muy útil), algunos usuarios pueden sentirse tentados a pagar por esa opción, en comparación con otras opciones más prácticas y efectivas.
Los psicólogos llaman a este fenómeno la "efecto señuelo" o "efecto de decoy", y puede ser especialmente efectivo en la planificación de marketing y en la persuasión de los consumidores (y no necesariamente en su mejor interés). Si bien es importante estar al tanto de las tácticas publicitarias y evaluar cuidadosamente todas las opciones, en última instancia, la elección del consumidor debe basarse en los méritos de cada opción individualmente.