No salarial se refiere a todo lo que el trabajador recibe de su empleador pero que no constituye parte de su salario. Estas retribuciones no tienen carácter retributivo pero sí son complementarias al salario.
Los componentes no salariales pueden ser parte de la remuneración total ya que tienen un valor económico. Estos componentes pueden ser variados, por ejemplo: seguros de salud, cheques restaurante, pagos de guardería, contribución al plan de pensiones, gastos de transporte, entre otros.
El no salarial puede tener diferentes finalidades, entre las más comunes se encuentran las que tienen relación con el empleado, por ejemplo, beneficios para mejorar su calidad de vida o para incentivar su desempeño laboral, y las que tienen relación con el empleador, como aquellas que reducen sus costos laborales y que le permiten mantener un ambiente laboral agradable y satisfactorio.
En resumen, los beneficios no salariales son herramientas importantes para las empresas en la captación y retención del talento, y son una forma de retribución complementaria que inciden positivamente en la satisfacción y en la retención del trabajador.
Al hablar de salario, nos referimos al pago que recibe un trabajador por su labor. Sin embargo, en muchas ocasiones se pueden distinguir dos tipos de remuneraciones: la salarial y la no salarial.
La remuneración salarial es la forma de ingresos más común en el mercado laboral. Esta incluye el pago fijo que recibe un trabajador por su jornada laboral, es decir, su salario base. Además, también pueden estar incluidos en esta categoría una serie de incentivos, como bonificaciones, horas extras, comisiones, entre otros.
Por otro lado, la remuneración no salarial es aquella que no forma parte de la remuneración salarial fija y sujeta a impuestos. En otras palabras, estas son las compensaciones que se ofrecen más allá del salario, como los beneficios y las compensaciones adicionales que no se reflejan en el salario mensual que recibe el trabajador. Entre los ejemplos de este tipo de compensaciones se encuentran seguros médicos, días de vacaciones, permisos pagados, planes de retiro, y otros.
Es importante destacar que las compensaciones no salariales pueden variar significativamente dependiendo del sector en el que se trabajó. Además, también pueden ser un factor determinante para lograr una mayor satisfacción y compromiso por parte de los empleados.
En conclusión, distinguir entre la remuneración salarial y no salarial es fundamental para comprender los diferentes tipos de beneficios que puede ofrecer un empleador a sus trabajadores, y cómo estos pueden afectar el éxito de una empresa.
Las percepciones no salariales son aquellos beneficios que una empresa puede ofrecer a sus trabajadores además del sueldo. Estas percepciones se refieren a incentivos que no están directamente relacionados con la cantidad de dinero que el empleado recibe en su nómina al final del mes.
Un ejemplo de percepción no salarial puede ser un seguro médico que la compañía ofrezca a sus empleados. También pueden ser días libres adicionales, vales de comida o descuentos en productos de la empresa. Otra percepción no salarial puede ser la oportunidad de trabajar desde casa o la flexibilidad de horarios.
Es importante destacar que las percepciones no salariales tienen un valor económico y social para el empleado y pueden impactar positivamente en su calidad de vida. Algunas empresas ofrecen paquetes con varios beneficios no salariales para atraer y retener talentos en un mercado competitivo.
En resumen, las percepciones no salariales son incentivos que las compañías ofrecen a sus empleados para mejorar su calidad de vida laboral. Algunos ejemplos pueden ser seguros médicos, días libres adicionales o la flexibilidad de horarios. Ofrecer estas percepciones no salariales puede ser una forma efectiva de atraer y retener talentos en una empresa.
En general, cuando hablamos de una remuneración laboral, nos referimos al salario que debe recibir un trabajador por el trabajo que ha desempeñado. Sin embargo, existen otras percepciones que pueden ser incluidas en su pago y que cotizan de manera distinta.
Una de estas percepciones son los pluses, es decir, las asignaciones económicas que se otorgan por diferentes motivos, como pueden ser los gastos de transporte o los gastos derivados de una actividad en concreto. Estos pluses no son salarios, pero sí cotizan en la Seguridad Social.
Otra percepción no salarial que también cotiza son las contribuciones empresariales a planes de pensiones. En estos casos, el empresario aporta fondos a un plan de pensiones del trabajador, que aunque no se perciben mensualmente como salario, si son una percepción no salarial que cotiza.
Las indemnizaciones son otra percepción no salarial que cotiza, como ocurre en los casos de despido o de finalización de contrato, cuando se abonan cantidades a modo de compensación por haber trabajado en la empresa.
Podemos mencionar también las horas extra, otro concepto que aunque no es salario, sí cotiza, ya que se trata de la remuneración por el exceso de horas trabajadas con respecto a la jornada laboral establecida.
En resumen, estas son algunas de las percepciones no salariales que cotizan y que debemos tener en cuenta a la hora de calcular el salario en un trabajo.