La pandemia de COVID-19 ha producido una gran cantidad de ERTEs en España. Afiliados a la Seguridad Social fueron
El Gobierno español ha dictaminado que aquellos ERTEs que fueron aprobados por fuerza mayor y que aún no hayan finalizado van a ser prorrogados automáticamente. Esto significa que los trabajadores que se encuentran en esta situación pueden respirar tranquilos sabiendo que continuarán recibiendo la compensación económica de manera temporal. Además, el plazo de duración de estos ERTEs será extendido hasta el 30 de junio de 2021.
Los negocios que no puedan reabrir a causa de la pandemia o aquellos en los que su actividad se haya reducido considerablemente también pueden optar por solicitar una prórroga de su ERTE. Para ello, tendrán que demostrar una caída en su facturación del 20%.
Es importante destacar que la prórroga de los ERTEs es una medida clave para mantener los empleos y evitar despidos masivos en el tejido empresarial de España. Y aunque la crisis sanitaria sigue vigente, el Gobierno trabajará para garantizar que aquellos trabajadores afectados por ERTEs tengan acceso a los recursos necesarios para subsistir.
El ERTE por fuerza mayor es un mecanismo de protección laboral que se ha implementado en España a raíz de la crisis sanitaria del COVID-19. El objetivo es mantener los puestos de trabajo y garantizar la protección social y económica tanto de trabajadores como de empresas. Sin embargo, una de las principales dudas que tienen los trabajadores es ¿cuándo se acaba el ERTE por fuerza mayor?
El ERTE por fuerza mayor se estableció como medida extraordinaria y temporal para hacer frente a una situación de emergencia sanitaria. Por tanto, su vigencia está directamente relacionada con el estado de alarma decretado por el Gobierno. Desde su declaración el pasado 14 de marzo, se ha debido ir renovando de manera periódica, siendo la última prórroga hasta el próximo 31 de mayo. A partir de esa fecha, el ERTE por fuerza mayor dejará de estar vigente en España.
No obstante, es importante tener en cuenta que aunque el estado de alarma finalice, esto no implica necesariamente el fin automático del ERTE. Las empresas que se hayan visto afectadas por la crisis del COVID-19 podrán seguir haciendo uso de la legislación laboral vigente para poder mantener ese ERTE, acogiéndose a otras causas que justifiquen la situación de suspensión o reducción de jornada.
Por tanto, lo importante es estar informado sobre las medidas laborales y los plazos establecidos, tanto para empresas como para trabajadores, y estar atentos a las nuevas disposiciones que puedan ir surgiendo a medida que la situación sanitaria evolucione. Y aunque el ERTE por fuerza mayor tenga una fecha límite, su implementación ha sido una lección para la sociedad y un reflejo de cómo el diálogo y el consenso pueden ser clave para hacer frente a situaciones de crisis.
Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) se han vuelto comunes en tiempos de crisis económica, como la que estamos atravesando actualmente. Dada la prolongación de las medidas de restricción por la pandemia, la pregunta que surge es: ¿cuántas prórrogas de ERTE ha habido?
La respuesta es que desde que se decretó el primer estado de alarma en marzo de 2020, se han aprobado cuatro prórrogas de los ERTE. La última fue anunciada por el Gobierno el pasado 27 de enero de 2021, con lo que se extienden las medidas de protección a los trabajadores afectados hasta el 31 de mayo de este año.
Durante todo este tiempo, se han ido añadiendo novedades a las medidas para paliar los efectos de la crisis, como la posibilidad de los ERTE de impedimento y los ERTE de limitación, que permiten a las empresas con dificultades llevar a cabo suspensiones de contratos o reducciones de jornada parcial. Asimismo, los trabajadores incluidos en estos expedientes están exentos de contribuir a la Seguridad Social y pueden acceder a prestaciones por desempleo.
En resumen, los ERTE han sido una herramienta clave para mitigar los efectos sociales y económicos que la pandemia ha traído consigo. Aunque ciertamente se han producido algunos retrasos en el cobro de las ayudas, en general la medida ha demostrado ser efectiva para evitar despidos masivos en un contexto de crisis.
Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) son medidas que las empresas en España han tomado para hacer frente a la pandemia del COVID-19 y a la crisis económica que ha generado. Se trata de un procedimiento legal en el que las empresas pueden suspender temporalmente los contratos de trabajo o reducir la jornada laboral de los trabajadores.
La duración de un ERTE es inicialmente de tres meses, pero se puede prorrogar si las circunstancias lo requieren. En principio, la prórroga puede ser por un periodo máximo de seis meses, es decir, un total de nueve meses. Pero esto dependerá de la situación concreta de la empresa y de las autorizaciones de la administración.
Para poder prorrogar un ERTE más allá de los tres meses, la empresa debe cumplir ciertos requisitos, como demostrar que las circunstancias que motivaron la solicitud del ERTE siguen existiendo y que no se han producido cambios significativos en la situación económica de la empresa.
En cualquier caso, es importante tener en cuenta que la prórroga de un ERTE no es automática. La empresa debe solicitarla y la administración debe aprobarla. Además, la empresa debe cumplir con ciertas obligaciones, como realizar un curso de formación para los trabajadores afectados, informarles de forma adecuada y puntual sobre la situación del ERTE y del empleo, y mantener el empleo de los trabajadores durante un periodo mínimo después de la finalización del ERTE.
En definitiva, la duración de un ERTE puede ser de hasta nueve meses, pero esto dependerá de la situación de la empresa y de si cumple los requisitos y obligaciones para poder prorrogarlo. Es importante que las empresas afectadas por un ERTE estén informadas sobre sus derechos y obligaciones para poder superar esta situación de la forma más adecuada posible.
El ERTE ETOP (Expediente de Regulación Temporal de Empleo por causas Económicas, Técnicas, Organizativas o de Producción) es una herramienta legal que permite a las empresas reducir o suspender temporalmente los contratos de trabajo de sus empleados.
El cobro del ERTE ETOP se realiza a través del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). La fecha en que se cobra el ERTE depende del tiempo que tarde la empresa en presentar la documentación necesaria y del plazo que el SEPE necesite para tramitar y aprobar el expediente.
Si la empresa presenta la documentación correctamente y el SEPE aprueba el ERTE, el cobro del mismo se realizará a partir del segundo mes desde la fecha de presentación de la solicitud. Por ejemplo, si la empresa presenta la documentación en mayo, el primer pago del ERTE se recibirá en julio.
Es importante tener en cuenta que el ERTE ETOP solo cubre un porcentaje del salario que corresponde al empleado. Este porcentaje varía según la situación económica de cada empresa y suele estar establecido en el convenio colectivo.
En resumen, el cobro del ERTE ETOP depende del tiempo que se tarde en presentar la documentación necesaria y del plazo que el SEPE necesite para tramitar y aprobar el expediente. Se recibirá a partir del segundo mes desde la fecha de presentación de la solicitud y solo cubre un porcentaje del salario correspondiente.