El concurso voluntario y el concurso necesario son dos tipos de procedimientos que se pueden iniciar cuando una empresa se encuentra en una situación de insolvencia. Los dos tienen como objetivo resolver la situación financiera de la empresa, pero se diferencian en algunos aspectos importantes.
El concurso voluntario es aquel en el que es la propia empresa la que decide acudir a un juez y presentar una solicitud de concurso. En este caso, la empresa tiene un mayor control sobre el proceso y puede elegir el momento en el que quiere solicitar el concurso. Además, puede presentar un plan de viabilidad que permita su continuidad.
Por otro lado, el concurso necesario es el que se produce cuando la empresa no puede hacer frente a sus deudas y alguno de sus acreedores presenta una solicitud de concurso ante el juez. En este caso, es el juez quien decide si se debe declarar el concurso y cuáles son las medidas que se deben tomar para resolver la situación de insolvencia.
Una diferencia importante entre ambos procedimientos está en su obligatoriedad. Mientras que el concurso voluntario es una decisión de la empresa, el concurso necesario es una medida que se toma ante una situación de insolvencia que no puede ser resuelta de otra forma.
Otra diferencia entre ambos procedimientos es la forma en la que se resuelven las deudas con los acreedores. En el caso del concurso voluntario, la empresa puede presentar un plan de viabilidad en el que se establezcan acuerdos con los acreedores para el pago de las deudas. En el caso del concurso necesario, es el juez quien decide cómo se van a pagar las deudas y cuál será su orden de prelación.
Por último, cabe destacar que el procedimiento del concurso necesario es más complejo y costoso que el del concurso voluntario, ya que implica la intervención de un juez y la realización de diferentes trámites judiciales.
Un concurso necesario es la figura jurídica que permite a una empresa en situación económica difícil declarar su insolvencia de manera obligatoria ante un juez. Es decir, cuando una compañía ya no puede afrontar sus deudas de manera voluntaria y no cuenta con solvencia suficiente para continuar con su actividad, debe recurrir a esta opción.
Para que un concurso necesario sea declarado, se necesita que exista una situación de insolvencia que sea indudable y que no esté siendo resuelta por otros medios. Por ejemplo, si se han intentado negociaciones con los acreedores y no se ha llegado a un acuerdo, o si las medidas que se han tomado para reducir gastos o aumentar ingresos no han funcionado.
El objetivo de un concurso necesario es permitir que la empresa tenga una protección legal que le permita reorganizarse y optar por diferentes soluciones, como por ejemplo una reestructuración de sus deudas o la venta de activos, con el fin de evitar su liquidación forzosa. De esta forma, se trata de buscar una solución que permita la continuidad de la actividad empresarial.
Es importante destacar que un concurso necesario debe ser declarado por un juez y no por la propia empresa. Por lo tanto, es necesario acudir a un abogado especializado en derecho concursal para que realice los trámites necesarios para solicitar la declaración de insolvencia.
En conclusión, un concurso necesario es una herramienta legal que permite a una empresa en dificultades declarar su insolvencia ante un juez y buscar una solución para su continuidad. Es importante contar con el asesoramiento de un abogado especializado para realizar los trámites necesarios y cumplir con los requisitos establecidos en la ley.
El concurso voluntario es un proceso judicial que se utiliza cuando una empresa o persona física se encuentra en una situación económica complicada y decisiones tomadas por los titulares para arreglar la situación no han dado resultados satisfactorios.
Cuando una empresa no ha podido pagar sus obligaciones económicas y se encuentra en una situación en la que no puede seguir operando, es posible que decida presentarse voluntariamente al concurso. En este caso, se le otorgará un plazo para intentar solucionar su situación financiera con la ayuda de un informe de viabilidad.
Una vez que la solicitud del concurso voluntario se ha presentado, un juez despacho debe dar su aprobación y comenzará un proceso en el que se elaborará un informe de situación económica. Este proceso también se utiliza para proteger a aquellos que han suministrado bienes o servicios a la empresa en cuestión y que no han recibido el pago correspondiente.
El objetivo final del concurso voluntario es encontrar una solución para la empresa o personas físicas que han sido dados de alta en el registro. A veces, el objetivo es lograr la continuidad de la empresa y, en otras ocasiones, los titulares de la empresa pueden optar por la liquidación de los activos y la disolución definitiva de la misma.
El concurso necesario es un procedimiento judicial que se inicia cuando la empresa no ha presentado voluntariamente su solicitud de concurso y se encuentra en situación de insolvencia.
La Ley Concursal establece que procede el concurso necesario cuando la empresa tiene un pasivo exigible superior a sus activos realizables o cuando hay una situación de pérdidas que impidan el cumplimiento regular de sus obligaciones.
Este procedimiento también se puede iniciar cuando la empresa incumple sus obligaciones de presentar las cuentas anuales en el Registro Mercantil y hay indicios de insolvencia. El juez, a petición de cualquier interesado, puede abrir el concurso necesario.
Una vez iniciado el concurso necesario, el juez designará un administrador concursal que se encargará de gestionar la empresa y llevar a cabo un plan de liquidación de manera ordenada.
El concurso necesario es un proceso judicial que se inicia por solicitud del deudor o de un acreedor que tenga un título ejecutivo contra él. Sin embargo, ¿quién puede solicitar un concurso necesario?
En primer lugar, cualquier acreedor que tenga un crédito cierto, líquido y exigible puede instar la declaración de concurso necesario cuando el deudor se encuentre en estado de insolvencia, es decir, cuando no pueda cumplir con sus obligaciones de pago.
En segundo lugar, el propio deudor también puede solicitar el concurso necesario si se encuentra en situación de insolvencia y no puede hacer frente a sus deudas. Es importante destacar que el deudor debe presentar la solicitud de concurso en un plazo de dos meses desde la fecha en la que tuvo conocimiento de su insolvencia.
En tercer lugar, los socios de una sociedad mercantil pueden solicitar el concurso si constatan que la sociedad se encuentra en situación de insolvencia y ésta no ha presentado la solicitud de concurso en el plazo legalmente establecido.
Es importante tener en cuenta que la solicitud de concurso necesario debe estar justificada y acreditar suficientemente la insolvencia del deudor. Además, la presentación de la solicitud de concurso puede tener importantes consecuencias tanto para el deudor como para los acreedores, por lo que es fundamental contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho concursal.