Los procesos legales para desalojar a un okupa pueden ser bastante complicados y extenuantes para el propietario de la propiedad. Hay varios factores que pueden influir en la duración del proceso, como la ubicación de la propiedad, la actitud del okupa y la cooperación de las autoridades locales.
En general, el proceso de desalojo comienza con el propietario de la propiedad presentando una demanda de desalojo en los tribunales. Esto puede llevar varias semanas o incluso meses, dependiendo de los procedimientos legales del país o la región. Después de que se presenta la demanda de desalojo, el okupa tiene derecho a presentar una defensa y puede alargar el proceso por un corto período.
Si el propietario de la propiedad gana el caso en el tribunal, entonces se puede emitir un aviso de desalojo a la propiedad. El aviso de desalojo debe ser entregado al okupa y se le dará un período específico de tiempo para desocupar la propiedad. Si el okupa no cumple con el aviso, se puede solicitar una orden judicial y la policía puede ser llamada para desalojar al okupa.
El tiempo total que tarda en desalojar a un okupa puede variar desde unos pocos días hasta varios meses. Dependiendo de las circunstancias de cada caso, el proceso puede ser más rápido o tardío. Por lo tanto, es importante buscar asesoramiento legal y seguir el proceso legal adecuado para minimizar los retrasos y asegurarse de que se resuelva el problema lo antes posible.