La crisis económica y sanitaria del COVID-19 ha llevado al aumento de los ERTEs, una herramienta que permite a las empresas suspenden temporalmente los contratos de trabajo cuando existe una causa de fuerza mayor o por motivos económicos, técnicos, organizativos o de producción.
En el caso de los ERTEs a media jornada la prestación dependerá del número de horas trabajadas al mes. Si la persona afectada por el ERTE trabaja entre 50% y 74% de su jornada habitual, recibirá un 70% de su base reguladora. Esto significa que el ingreso mensual será menor que el salario habitual, pero recibirá una compensación.
Es importante tener en cuenta que el pago de la prestación asociada al ERTE se rige por los mismos criterios que el paro, por lo que se tendrá en cuenta la cotización realizada en los 180 días anteriores a la suspensión laboral.
Un ERTE parcial es una medida que permite a las empresas reducir la jornada laboral y la carga salarial de sus trabajadores. En este caso, el trabajador afectado por el ERTE parcial percibirá un salario proporcional al número de horas trabajadas.
La cantidad que se cobra por un ERTE parcial dependerá de la jornada laboral acordada entre la empresa y el trabajador. En general, se calcula el salario en función de las horas trabajadas.
El importe de la prestación se divide en dos partes: una proporcional y otra fija. La parte proporcional se calcula en función del número de horas trabajadas y la parte fija es una cantidad determinada por la empresa.
La cuantía de la prestación estará limitada por el salario mínimo interprofesional vigente en cada momento. Es decir, ningún trabajador podrá cobrar menos que el salario mínimo por la reducción de jornada acordada.
En resumen, el importe que se cobra por un ERTE parcial dependerá del número de horas trabajadas y de la cantidad que haya acordado la empresa como fija. Además, es importante saber que la cuantía de la prestación estará limitada por el salario mínimo interprofesional vigente.
El ERTE parcial es una herramienta que permite a las empresas reducir la jornada laboral de sus trabajadores, con el objetivo de adaptar su producción a la situación del mercado y garantizar la supervivencia de su negocio.
Esta medida implica una suspensión temporal del contrato de trabajo en un porcentaje determinado, que puede oscilar entre el 10% y el 70% de la jornada ordinaria. Durante ese tiempo, el trabajador recibe una compensación económica por el equivalente a las horas no trabajadas.
La adopción de un ERTE parcial requiere un acuerdo previo entre la empresa y los representantes de los trabajadores, que deben negociar las condiciones y los plazos de aplicación. Una vez firmado el acuerdo, la empresa debe comunicarlo a la autoridad laboral y a los trabajadores afectados, y esperar su aprobación.
Es importante destacar que el ERTE parcial es una medida temporal y excepcional que se aplica en situaciones de crisis económica, como la que estamos viviendo actualmente debido a la pandemia del COVID-19. Su objetivo es garantizar la supervivencia de las empresas y el mantenimiento del empleo, aunque con una reducción de las horas trabajadas y el salario de los trabajadores afectados.
Un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) es una medida temporal que pueden adoptar las empresas con el fin de ajustar su plantilla a una situación económica adversa. La reducción de jornada, por su parte, es una medida laboral que permite a los trabajadores trabajar menos horas al día, a la semana o al mes. Pero, ¿cómo afecta un ERTE a un trabajador con reducción de jornada?
En primer lugar, es importante destacar que un trabajador con reducción de jornada puede ser incluido en un ERTE, siempre que su jornada laboral sea afectada. En este caso, el trabajador podría ver reducida su jornada laboral aún más y, por tanto, su salario. Es decir, el ERTE afectaría tanto a la reducción de jornada como a la reducción de salario.
En segundo lugar, es necesario tener en cuenta que si el trabajador con reducción de jornada es incluido en un ERTE y su contrato laboral queda suspendido, este trabajador puede solicitar una prestación por desempleo en función de los días trabajados y cotizados. El importe de esta prestación variará en función de la base reguladora del trabajador y del tiempo que haya estado trabajando en los últimos meses.
En conclusión
En definitiva, un ERTE puede afectar a un trabajador con reducción de jornada tanto en términos de salario como de prestaciones por desempleo. Por tanto, es fundamental que los trabajadores estén informados adecuadamente sobre sus derechos y las posibilidades que tienen a su disposición ante una situación de ERTE.
Un ERTE es una medida temporal diseñada para ayudar a los trabajadores cuando el empleador no puede mantener el ritmo de producción habitual. Debido a la pandemia de COVID-19, muchos trabajadores en España se han encontrado en esta situación, y es importante entender cómo funciona el cálculo de las prestaciones por desempleo.
En un ERTE 2023, el importe exacto que se va a recibir depende del salario base que se haya percibido durante los últimos 180 días antes del inicio del ERTE. Además, una condición importante que también se tiene en cuenta es la duración del ERTE.
La cantidad máxima que se puede recibir por prestación durante un ERTE es del 70% del salario base, con un tope máximo de 1,411.83 euros al mes. Estas cifras están condicionadas a que los trabajadores hayan cotizado durante un mínimo de 360 días en los últimos seis años. En el caso de no cumplir este requisito, el monto máximo es un poco más bajo, de 665.40 euros al mes.
Por otro lado, es importante señalar que en algunos casos y dependiendo del convenio colectivo, el empleador puede proporcionar a los trabajadores una cantidad adicional que complemente la prestación del ERTE, y que no forma parte de la cotización de Seguridad Social. De esta manera, se puede alcanzar un salario cercano al 100% del salario base original.
En conclusión, un ERTE es una medida que puede ser importante para la estabilidad laboral de los trabajadores en situaciones de crisis, sin embargo, las cifras que se perciben dependen de ciertas variables y se adaptan a las condiciones específicas de cada persona. Es importante estar informado sobre estos detalles para saber qué esperar mientras se está bajo esta medida.