Un ERE es un Expediente de Regulación de Empleo que se utiliza para la reducción de personal de una empresa debido a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
El proceso de un ERE suele implicar una serie de negociaciones entre la empresa y los representantes de los trabajadores, con el objetivo de llegar a un acuerdo sobre las condiciones de despido.
En cuanto a la compensación económica, la cantidad que se cobra en un ERE puede variar dependiendo de diversos factores, como la antigüedad del trabajador, su salario, el tiempo de servicio en la empresa y las condiciones acordadas durante las negociaciones.
En general, los trabajadores tienen derecho a recibir una indemnización por despido, que suele ser una cantidad equivalente a X días de salario por cada año trabajado. Además de esta indemnización, los trabajadores también pueden tener derecho a cobrar el importe correspondiente a los días de preaviso que no se les haya dado.
En algunos casos, es posible llegar a acuerdos adicionales que contemplen otras compensaciones económicas, como la concesión de un plan de prejubilación o el pago de una prestación por desempleo durante un período determinado.
En definitiva, el importe que se cobra en un ERE puede variar de un trabajador a otro, pero en general implica recibir una indemnización por despido que se calcula en función de la antigüedad y el salario del trabajador.
Si te meten en un **ERE**, es importante que comprendas qué implicaciones tiene para ti y cuáles son tus derechos. Un **ERE** es un procedimiento que una empresa puede llevar a cabo cuando necesita hacer ajustes en su plantilla laboral por diferentes razones, como la reestructuración, la reducción de costes o la falta de actividad.
En caso de que te incluyan en un **ERE**, la empresa tiene la obligación de informarte de manera adecuada sobre las causas y motivos que han llevado a tomar esta decisión. Además, deben explicarte tus opciones y derechos, como el de recibir una indemnización o solicitar la recolocación en otro puesto dentro de la empresa.
Es conveniente que consultes un abogado o asesor laboral para que te oriente y te ayude a proteger tus intereses durante el proceso del **ERE**. Este profesional podrá revisar tu contrato laboral y comprobar si se están cumpliendo todas las condiciones legales.
En caso de que no estés de acuerdo con la inclusión en el **ERE**, tienes el derecho a impugnarlo ante los tribunales. Para ello, deberás presentar una demanda de impugnación en un plazo determinado y argumentar los motivos por los cuales consideras que tu inclusión en el **ERE** no es justificada.
Si finalmente el **ERE** es aprobado y te despiden, tendrás derecho a una indemnización económica basada en tu antigüedad en la empresa, así como a recibir prestaciones por desempleo si cumples los requisitos establecidos.
Recuerda que es importante mantener la calma y buscar asesoramiento profesional en caso de encontrarte en una situación de **ERE**. Conociendo tus derechos y opciones, podrás tomar las decisiones más adecuadas para proteger tus intereses laborales y económicos.
En un procedimiento de ERE (Expediente de Regulación de Empleo), una de las preguntas más comunes es: ¿quién se va primero?
La respuesta a esta pregunta puede variar dependiendo de diferentes factores y circunstancias. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se suele seguir un orden establecido para determinar qué empleados serán despedidos en primer lugar.
Uno de los factores que puede influir en la decisión es la categoría profesional. En ocasiones, se prioriza el despido de aquellos trabajadores con un cargo más bajo o menor antigüedad en la empresa. Sin embargo, esto no siempre es una regla establecida y puede variar según lo estipulado en el convenio colectivo o acuerdos entre la empresa y el comité de empresa.
Otro factor que puede influir en la selección es el rendimiento laboral. En algunos casos, se pueden tomar en cuenta los resultados y la productividad de cada empleado para determinar quiénes serán despedidos primero. Aquellos trabajadores con un rendimiento más bajo o con deficiencias en su desempeño podrían estar en mayor riesgo de ser despedidos.
Además de estos factores, también se puede considerar la situación económica de la empresa y la necesidad de reducir costos. En ocasiones, los empleados que tienen un sueldo más alto y representan un gasto mayor para la empresa pueden ser los primeros en ser despedidos, como parte de las medidas de ajuste y reestructuración.
Es importante tener en cuenta que la selección de los empleados a despedir en un ERE debe realizarse de conformidad con la legislación laboral y los derechos de los trabajadores. Por lo tanto, el proceso debe ser transparente, objetivo y equitativo.
En resumen, no hay una respuesta única a la pregunta "¿quién se va primero en un ERE?". Los criterios pueden variar según los factores mencionados anteriormente y la situación específica de cada empresa. Lo fundamental es que se respeten los derechos de los empleados y se cumpla con la legislación laboral vigente.
Un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) es un procedimiento legal que permite a una empresa llevar a cabo despidos colectivos o suspensiones de contratos de trabajo por motivos económicos, técnicos, organizativos o de producción.
El proceso de un ERE consta de diferentes fases y trámites que deben seguirse para hacerlo efectivo. Antes de iniciar el procedimiento, la empresa debe comunicar a los representantes legales de los trabajadores su intención de llevar a cabo el ERE y comenzar un periodo de negociación.
Una vez finalizado el periodo de negociación, si no se llega a un acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores, la empresa podrá presentar la solicitud de ERE ante la autoridad laboral competente. Esta autoridad será la encargada de evaluar la viabilidad del ERE y dar su aprobación o rechazo.
En el caso de que el ERE sea aprobado, la empresa deberá proceder a notificar individualmente a cada uno de los trabajadores afectados por el despido. Es importante tener en cuenta que el ERE puede afectar tanto a trabajadores fijos como a temporales.
Una vez realizada la notificación, los trabajadores tendrán un plazo para aceptar o impugnar el despido. En caso de aceptación, la empresa deberá abonar la correspondiente indemnización. Si los trabajadores deciden impugnar el despido, se iniciará un proceso judicial que determinará la validez del mismo.
La duración del proceso de un ERE puede variar dependiendo de diferentes factores, como el número de trabajadores afectados, la complejidad del caso y la carga de trabajo de las autoridades laborales competentes. Sin embargo, en general, el proceso puede llevar varios meses desde el inicio hasta que el ERE se haga efectivo y los despidos se lleven a cabo.
Es importante mencionar que durante todo el proceso de un ERE, la empresa debe garantizar el cumplimiento de los derechos laborales de los trabajadores y seguir los procedimientos establecidos por la legislación laboral vigente.