El ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) es una medida adoptada por muchas empresas para hacer frente a situaciones de crisis o dificultades económicas. Esta situación implica una suspensión temporal del contrato de trabajo de los empleados, lo que tiene un impacto directo en los costos para la empresa.
Para calcular cuánto le cuesta a una empresa un trabajador en ERTE, es necesario tener en cuenta varios factores. En primer lugar, se debe considerar el salario bruto del empleado afectado. Esto incluye el sueldo base, los complementos salariales y las pagas extraordinarias.
Además del salario bruto, la empresa también debe tener en cuenta los costos laborales adicionales. Estos costos incluyen las cotizaciones a la Seguridad Social y las aportaciones a los planes de pensiones o seguros de vida del trabajador.
En el caso de un trabajador en ERTE, la empresa solo está obligada a pagar el 70% de la base reguladora del empleado durante los primeros seis meses. A partir del séptimo mes, este porcentaje se eleva al 80%. Estas cantidades están sujetas a un máximo y un mínimo establecido por ley.
Es importante tener en cuenta que el trabajador en ERTE tiene derecho a recibir prestaciones por desempleo por la parte no cubierta por la empresa. Estas prestaciones son abonadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
En resumen, el costo para la empresa de un trabajador en ERTE se compone del salario bruto del empleado, los costos laborales adicionales y la parte del salario no cubierta por el ERTE. Estos costos pueden variar según las condiciones específicas de cada empresa y de la normativa laboral vigente.
El ERTE, o Expediente de Regulación Temporal de Empleo, es una medida que se ha adoptado en España en situaciones excepcionales como la crisis económica o la pandemia del COVID-19. En un ERTE, las empresas pueden suspender temporalmente los contratos de sus trabajadores, lo que implica una reducción o suspensión de su actividad laboral.
Una de las dudas más recurrentes durante un ERTE es qué paga la empresa al trabajador. En estos casos, la empresa está obligada a abonar el 100% del salario de los empleados durante los primeros quince días de suspensión. Sin embargo, a partir del día dieciséis, solo están obligadas a abonar el 70% de la base reguladora.
Es importante tener en cuenta que la base reguladora se calcula en base a la media de los últimos 180 días cotizados. Además, la empresa no puede reducir el salario del trabajador por debajo del SMI (Salario Mínimo Interprofesional), que en España para el año 2021 es de 950 euros mensuales.
Otro aspecto a destacar es que la empresa debe seguir cotizando a la Seguridad Social por el trabajador durante el periodo de suspensión. El importe de esta cotización será el equivalente al 50% de las bases de cotización correspondientes al trabajador afectado.
En resumen, durante un ERTE, la empresa está obligada a pagar el 100% del salario de los empleados durante los primeros quince días y el 70% de la base reguladora a partir del día dieciséis. Además, debe seguir cotizando a la Seguridad Social por el trabajador, abonando el 50% de las bases de cotización.
Un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) supone una medida que una empresa puede tomar en situaciones excepcionales, como una crisis económica o una circunstancia imprevista, que le permite suspender o reducir temporalmente los contratos de trabajo de sus empleados, con el objetivo de garantizar su supervivencia.
**Esta** medida **puede** ser solicitada por diferentes motivos, tales como disminución de la producción, caída en las ventas, falta de suministros, restructuraciones o causas de fuerza mayor. Sin embargo, **es importante destacar** que un ERTE debe ser aprobado por las autoridades laborales correspondientes para ser aplicado.
**En primer lugar**, un ERTE supone un alivio para la empresa en términos económicos, ya que permite reducir costes laborales de manera temporal sin tener que recurrir al despido de sus trabajadores. Esto es especialmente beneficioso en momentos de dificultades económicas, ya que facilita **a** la empresa **mantenerse a flote** y superar la crisis sin comprometer su sostenibilidad a largo plazo.
**Además**, un ERTE también ofrece flexibilidad a la empresa, ya que **le permite** adaptar su plantilla al volumen de trabajo o a la situación específica que atraviesa. **Esto significa** que cuando la empresa se recupere de la crisis, podrá reincorporar a los trabajadores suspendidos o reducir su jornada sin necesidad de contratar ni formar nuevo personal.
**Por otro lado**, un ERTE supone una serie de obligaciones y responsabilidades para la empresa. Durante la aplicación del ERTE, **la empresa debe** cumplir con una serie de requisitos legales, como realizar un proceso de consulta a los representantes de los trabajadores y gestionar de manera adecuada las prestaciones por desempleo de los empleados afectados.
**Asimismo**, es importante destacar que un ERTE puede afectar **negativamente** a la imagen y reputación de la empresa, especialmente si no se gestiona de manera adecuada. Los empleados pueden sentirse descontentos y desmotivados, lo que **puede** repercutir en la productividad y en la relación con los clientes.
En resumen, un ERTE supone una medida temporal que permite a las empresas reducir costes laborales en momentos de dificultades económicas, adaptar su plantilla a las circunstancias y garantizar su supervivencia. Sin embargo, **es fundamental** que la empresa cumpla con sus obligaciones legales, gestione adecuadamente las prestaciones por desempleo y mantenga una buena comunicación con los empleados para minimizar los posibles impactos negativos en su imagen y reputación.
En un ERTE, la empresa paga a la Seguridad Social una cotización reducida respecto a los trabajadores en situación de actividad normal. La cantidad que se cotiza está determinada por el salario que reciben los empleados en situación de ERTE.
Es importante tener en cuenta que la empresa solo cotiza por la parte correspondiente al salario que se mantiene durante el ERTE. Si los empleados reciben el 70% de su salario habitual, la empresa cotizará sobre ese 70% y no sobre el 100%.
Además, la cuantía que se paga a la Seguridad Social por los trabajadores en ERTE varía en función del tipo de contrato. Si el empleado tiene un contrato fijo, la empresa pagará el 4,70% de la base de cotización total a la Seguridad Social. Por otro lado, si se trata de un contrato temporal, la empresa pagará el 3,70%.
Es importante destacar que estos porcentajes aplican tanto para la cotización a la Seguridad Social como para la aportación al Fondo de Garantía Salarial (FOGASA). Este fondo se encarga de garantizar el pago de los salarios pendientes en caso de insolvencia o concurso de la empresa.
Finalmente, es relevante mencionar que el periodo de cotización al FOGASA se tomará en cuenta según el salario base del trabajador, sin incluir extras como pagas extra o incentivos.
En resumen, en un ERTE, la empresa cotiza a la Seguridad Social un porcentaje reducido sobre el salario que se mantiene durante el ERTE. Estos porcentajes varían en función del tipo de contrato y se aplican tanto a la cotización a la Seguridad Social como al FOGASA.
En un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), es común preguntarse quién se hace cargo de los pagos de la Seguridad Social. La respuesta a esta pregunta puede variar según las circunstancias.
En muchos casos, **la empresa** es la responsable de abonar las cotizaciones a la Seguridad Social durante el período en el que los trabajadores se encuentren en situación de ERTE. Esto significa que, a pesar de que los empleados no estén trabajando o estén realizando jornadas reducidas, **la empresa** debe asumir el pago de la Seguridad Social.
En otros casos, especialmente en ERTEs por fuerza mayor, **el Estado** puede asumir los pagos de la Seguridad Social. Esto ocurre cuando **la empresa** demuestra que su situación económica no le permite afrontar los costes de la Seguridad Social durante el ERTE. En estos casos, **el Estado** interviene y se encarga de cubrir los pagos correspondientes.
También es importante tener en cuenta que, en algunos casos, **los trabajadores** también deben contribuir al pago de la Seguridad Social durante un ERTE. Si bien **la empresa** asume la mayor parte de los costes, **los trabajadores** pueden ver reducido su salario debido a las cotizaciones que deben realizar durante este período.
En resumen, la responsabilidad de pagar la Seguridad Social durante un ERTE recae principalmente en **la empresa**. Sin embargo, en situaciones excepcionales, **el Estado** puede hacerse cargo de estas cotizaciones. Además, **los trabajadores** también pueden tener que contribuir al pago de la Seguridad Social durante este período.