Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) son un mecanismo utilizado por las empresas para suspender temporalmente sus actividades, lo que incluye la interrupción temporal de los contratos con sus empleados. A raíz de la pandemia global del COVID-19, muchas empresas se han visto obligadas a presentar un ERTE por causas productivas para hacer frente a la crisis económica.
Prorrogar un ERTE por causas productivas es una decisión que muchas empresas han tenido que tomar para garantizar la estabilidad de su negocio. Si la empresa ha presentado un ERTE por causas productivas, puede solicitar la prórroga de dicho expediente.
Para solicitar la prórroga, la empresa tendrá que presentar una solicitud en la que se justifique la necesidad de continuar con el ERTE. Es importante señalar que la prórroga no se concede automáticamente, sino que se evaluará caso por caso. Además, la empresa deberá tener en cuenta los plazos y requisitos establecidos en el Real Decreto-ley 30/2020, que establece las condiciones para que se conceda la prórroga.
La solicitud de prórroga deberá presentarse en el plazo de 15 días naturales desde la finalización del ERTE. La empresa deberá justificar que se mantienen las causas productivas que originaron el ERTE. En caso de que se hayan eliminado estas causas, la empresa deberá demostrar que ha intentado reubicar a los trabajadores suspendidos o que ha adoptado medidas alternativas para evitar la extinción de los contratos.
En definitiva, la prórroga de un ERTE por causas productivas es una decisión importante que debe tomarse de manera responsable y justificada. Las empresas deben presentar la solicitud de prórroga en el plazo establecido y justificar la necesidad de continuar con el expediente. Si se cumplen los requisitos y se justifica suficientemente la necesidad del ERTE, es probable que se conceda la prórroga solicitada.
Un ERTE por causas productivas es una medida que las empresas pueden aplicar cuando se ven en la necesidad de reducir su actividad y, por ende, el número de trabajadores que necesitan. Esta medida quiere decir que los trabajadores afectados no pierden su empleo, sino que se suspende temporalmente su contrato laboral.
El periodo máximo de duración de un ERTE por causas productivas era de 6 meses, pero debido al contexto actual generado por la pandemia del COVID-19, el gobierno español ha aprobado la ampliación de este periodo hasta los 18 meses.
Es importante destacar que un ERTE por causas productivas no puede extenderse más allá del tiempo necesario para superar las dificultades coyunturales que están afectando la actividad de la empresa. Es decir, una vez que la empresa supere dichas dificultades, el ERTE deberá finalizar.
También es de vital importancia que se respeten las condiciones establecidas en los convenios colectivos relativos a la duración máxima de los ERTE por causas productivas, ya que estas pueden variar según el sector y la actividad de la empresa en cuestión.
En conclusión, un ERTE por causas productivas puede durar hasta un máximo de 18 meses por la coyuntura actual generada por el COVID-19, pero este periodo puede variar según los convenios colectivos del sector correspondiente. Cabe destacar que debe finalizar en cuanto la empresa supere las dificultades coyunturales, puesto que no puede extenderse más allá del tiempo necesario para esto.
ERTE significa Expediente de Regulación Temporal de Empleo, y se trata de un mecanismo legal que permite la suspensión temporal de los contratos laborales o la reducción de jornada en una empresa por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
En el caso concreto de un ERTE por causas productivas, se refiere a una disminución de la actividad productiva de la empresa que justifica el ajuste en la plantilla. Esta causa puede deberse a diferentes motivos, como una contracción en la demanda de los bienes o servicios que se ofrecen, una pérdida de competitividad frente a otros competidores, o un cambio en las preferencias de los consumidores que afecte a la producción de la empresa.
El ERTE por causas productivas suele implicar una suspensión temporal de los contratos laborales, es decir, que los trabajadores afectados dejarán de trabajar por un periodo de tiempo determinado. No obstante, también se puede acordar una reducción de jornada, para que los trabajadores sigan activos en la empresa, aunque cotizando por una base menor.
En cualquier caso, los trabajadores afectados por un ERTE tienen derecho a percibir una prestación por desempleo mientras permanezcan suspendidos en su contrato laboral, bajo ciertos requisitos y condiciones establecidos por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Los ERTE ETOP, conocidos como Expedientes de Regulación Temporal de Empleo por causas Económicas, Técnicas, Organizativas o de Producción, se utilizan cuando las empresas atraviesan dificultades económicas que les impiden mantener a toda su plantilla activa. Para solicitar un ERTE ETOP es necesario demostrar una pérdida de ingresos, una disminución en la demanda u otras causas económicas justificables por la empresa.
Para prórrogar un ERTE ETOP es necesario presentar una solicitud ante la autoridad laboral con al menos 15 días de antelación al día en que finaliza el periodo de aplicación del ERTE. Además, es importante recordar que la prórroga solo se concede en caso de que las causas económicas que justificaron la solicitud original se mantengan.
La documentación que se debe crear para la prórroga es similar a la expedida en la solicitud original. La empresa debe justificar las causas económicas que han llevado a esta prórroga con documentos reales y comprobables, y detallar las medidas que ha tomado para evitar el trabajo por parte de los afectados.
En resumen, para prórrogas de ERTE ETOP, las empresas deben presentar una nueva solicitud a la autoridad laboral y demostrar que aún se dan las causas económicas que justificaron el expediente de regulación temporal, el cual solo será aprobado si se cumplen los requisitos atendiendo a los documentos entregados para su verificación.
La prórroga de los ERTEs sigue siendo un tema importante en la actualidad. Es importante tener en cuenta que no todos los ERTEs se prorrogarán, ya que el gobierno ha establecido algunos criterios para determinar cuáles serán los beneficiados.
Los ERTEs que se prorrogarán son aquellos que se han llevado a cabo como resultado de la crisis sanitaria del COVID-19 y que tienen como objetivo preservar los puestos de trabajo.
Además, los ERTEs que se prorrogarán serán aquellos que hayan tenido lugar entre el 1 de octubre de 2020 y el 31 de mayo de 2021. Esto significa que los ERTEs que se hayan puesto en marcha antes de esta fecha no podrán ser prorrogados.
Para acceder a la prórroga, las empresas deberán demostrar que continúan siendo afectadas por la crisis sanitaria y que necesitan la ayuda para mantener los puestos de trabajo. Es importante destacar que las empresas que despidan a trabajadores durante el período de aplicación de los ERTEs no podrán beneficiarse de la prórroga.
En conclusión, la prórroga de los ERTEs se aplicará a aquellos que se hayan producido como consecuencia de la pandemia y que ocurran dentro de un rango de fechas específico. Además, las empresas deben demostrar que la ayuda sigue siendo necesaria y que están comprometidas a mantener los puestos de trabajo.